15/01/12
Se había creado mucha expectativa sobre si el mes de diciembre traería de manos del presidente de la República un Decreto de Amnistía y Reconciliación que varias organizaciones de Derechos Humanos llevamos a Miraflores, el día 14 de Diciembre del año que acaba de culminar. Paralelamente a esto, se seguía insistiendo en la medida humanitaria que establece el Código Orgánico Procesal Penal (COPP) para aquellos que están encarcelados y padecen enfermedades graves o terminales, que ya había sido otorgadas al comisario Lázaro Forero y a Alejandro Peña Esclusa, y que los familiares, sus abogados y los defensores de derechos humanos clamábamos para el comisario Henry Vivas y para el diputado José Sánchez Montiel.
Estas medidas humanitarias llegaron simplemente como un cumplimiento tardío de lo que dice la Ley. No fue ni un reconocimiento de las injusticias que se está cometiendo contra éstas personas, ni como un acto de humildad del gobierno venezolano ante la gravedad patológica que presentaban estos ciudadanos, debido a la falta de atención medica oportuna que quizá hubiera evitado que sus padecimientos se convirtieran en enfermedades graves como el cáncer. Las medidas llegaron por el escándalo que significaba mantenerlos presos a pesar de las denuncias que defensores y organizaciones nacionales e internacionales hacían sobre estos casos, y que dejaban al descubierto como con ellos se violaban sistemáticamente los derechos humanos de los presos políticos venezolanos.
De hecho, bien lo dejó claro la Fiscal General de la República cuando aclaró con respecto al comisario Henry Vivas que se le otorgó libertad condicional por presentar problemas de salud, beneficio establecido en el COPP y que el comisario debería volver a prisión cuando mejorara, agregando que “La libertad de este ciudadano no corresponde a algún movimiento, sencillamente el Estado venezolano respetuoso de los derechos humanos toma en consideración la situación en que se encuentra los privados de libertad".
Si el Estado es respetuoso de los derechos humanos, ¿Qué estará esperando entonces para proceder a otorgar los beneficios procesales establecidos en el COPP a los presos políticos que tienen el tiempo de pena cumplida para acceder a estos beneficios? Según la cuenta de las ONG´S deberían estar bajo los distintos regímenes alternativos del cumplimiento de la pena los PM Erasmo Bolívar, Luis Molina, Arube Pérez, Marco Hurtado, Héctor Rovain y los ciudadanos Juan Bautista Guevara, Rolando Guevara y Otoniel Guevara.
Pero al parecer la justicia revolucionaria que se aplica en Venezuela al opositor, no contempla el cumplimiento al pie de la letra de lo que dice la Ley y gracias a Dios, estos ciudadanos todavía no padecen enfermedad grave o terminales, que les hubiera podido traer una medida humanitaria
¿La Amnistía? Se quedó engavetada en Miraflores por ahora. Como organizaciones de derechos humanos no sólo clamamos por quienes están injustamente encarcelados, sino por los cientos de procesados penalmente por exigir sus derechos y cumplir con sus deberes, y por aquellos que hoy están en otras tierras y que esperan día a día poder regresar a sus familias sin que sobre ellos exista la espada de Damocles de la persecución y el encarcelamiento por disentir del gobierno. No llegó el espíritu de la navidad a Miraflores.
El presidente no entendió que tuvo en sus manos la oportunidad de demostrar que reconocía al contrario y que, la diversidad de opinión, la pluralidad política y el respeto de los derechos humanos de todos los ciudadanos, sin ningún tipo de discriminación, son los principios en el cual se fundamenta un verdadero sistema democrático y social, de derecho y de justicia, tan bellamente plasmado en nuestra Constitución y sin embargo, tantas veces violada. No hubo ni un ápice de modestia, de humanidad. Solo obtuvimos más de lo mismo con lo que ha gobernado durante estos 13 años: irrespeto, soberbia, insolencia y oídos sordos.
Cuando entregamos el proyecto, mi compañero Gonzalo Himiob le dijo al presidente que la “pelota estaba de su lado”. Ya sabemos que hizo con la pelota. Se la quedó y la guardó. Se le fue la oportunidad de decirle al país y al mundo que en el nuevo año, y en vísperas de las próximas elecciones presidenciales en las que él participa una vez más, demostraría que ha aprendido, y que ser presidente de un país que se mienta “democrático” significa gobernar para todos por igual, respetar y reconocer al contrario, y sobre todo, trabajar procurando el progreso económico y social, la paz ciudadana, la justicia equitativa y ser un verdadero garante de los derechos humanos para obtener el tan cacareado bienestar social que tanto predica.
Así pues, comenzamos un nuevo año volviendo a la realidad. Los presos siguen estando presos (aunque gocen de medidas alternativas) y los perseguidos siguen siendo perseguidos. Las Organizaciones de DDHH seguiremos buscando por la vía legislativa la aprobación del Proyecto de Amnistía. Él ordenó a sus seguidores repolarizar al país para asegurar sus votos “duros”. Es decir, su intención, si llegase el caso de que volviera a ganar, es seguir gobernando autistamente para un sector de la población, con el que se siente cómodo, porque no lo contradicen, es decir, el Rey y sus súbditos.
Está en nuestras manos, en la de todos los venezolanos de bien, que nuestro país salga de estos años de oscurantismo político, económico y cultural y tengamos un nuevo Presidente, un venezolano que venga cargado de energía positiva y de esperanzas, con muchas ganas de gobernar para todos por igual, sin insultos y sin atropellos. Venezuela necesita renovarse.