17/01/12
Venezolanos: Hay dos alas en el gobierno: el ala militar o fascista y el ala civil o comunista. Hay dos alas en la oposición: la pactista que practica la cohabitación con el régimen y la rupturista que busca romper con el presente y el pasado, proponiendo el cambio radical y profundo del sistema político-económico. Lo que suceda depende de ustedes. A ustedes les toca decidir.
Supongamos, en el primer escenario, que se produce la falta absoluta de El Tirano antes de las elecciones, a causa de su enfermedad. Previendo este hecho el ala militar o fascista se ha posicionado en la línea de sucesión. El vicepresidente comunista será sustituido. Lo enviarán a la gobernación de Miranda. Lo sucederá un militar retirado o un civil entendido con los militares.
El ala civil o comunista no tiene fuerza suficiente para pretender la sucesión. Carece de liderazgo y piso político. Habría entonces un candidato del ala militar, que si gana las elecciones, como cabe esperar por el ventajismo y el fraude, consolidará la tiranía militar ya existente, la cual contaría ahora con el apoyo de la oligarquía financiera. Hacia ésta ha tendido puentes desde un principio el ala militar o fascista. La alianza militar-financiera sería la base de sustentación de la tiranía militar fascista. ¿Puede la oposición impedir la tiranía militar fascista? La pactista no. Si por su vocación burocrática y la influencia de la oligarquía financiera ha legitimado la tiranía militar comunista y cohabitado con ella, reconociendo las elecciones fraudulentas, con mayor razón lo hará con la fascista, porque todo parece indicar que la diferencia con aquélla estará en que pondría fin a la ocupación cubana y revertiría el proceso de implantación del comunismo, aunque únicamente en cuanto a la propiedad privada pero no así en el control político y social (totalitarismo).
Sólo la oposición rupturista podría enfrentar con éxito esta amenaza, pero para ello tendría que apoderarse de la candidatura única. Un candidato rupturista echaría abajo la estrategia de sucesión de una tiranía militar comunista a una tiranía militar fascista, porque la desnudaría ante la comunidad internacional y la desestabilizaría con acciones de calle. Fue lo que hizo Toledo en el Perú de Fujimori y lo que ha sucedido en la primavera árabe.
Supongamos, en el segundo escenario, que El Tirano declina la candidatura, por razones de enfermedad. Previendo también que esto suceda el ala militar o fascista se ha posicionado, con el objeto de evitar que uno del ala civil o comunista sea el candidato para la sucesión. Creo que lo han hecho tomando en cuenta que, mientras El Tirano viva, los cubanos mandan, por lo cual tratarán de inclinar la balanza. No creo que lo consigan, porque, en razón de la enfermedad, El Tirano no estaría en condiciones físicas, y mucho menos políticas, para enfrentar el ala militar o fascista. Tendría que aceptar a su candidato. ¿Qué haría la oposición en este caso? Jugar a las contradicciones internas del régimen para debilitar a su candidato, de modo que se vea obligado a un fraude más descarado (tipo Ortega-Nicaragua) en las elecciones, lo que haría más difícil a un candidato pactista aceptar los resultados y más fácil a un candidato rupturista deslegitimar a la tiranía.
Supongamos, en el tercer escenario, que El Tirano llegue a las elecciones. Desde luego, las gana. No por el apoyo mayoritario, sino por el ventajismo y el fraude. ¿Qué haría la oposición? La pactista haría lo mismo de siempre: aceptar el ventajismo y el fraude y reconocer de inmediato el resultado fraudulento. La rupturista desconocería el resultado y movilizaría al pueblo siguiendo los ejemplos ya mencionados (Toledo en Perú y la primavera árabe).
Supongamos, en el cuarto escenario, que, no obstante el ventajismo y el fraude, gana las elecciones el candidato de la oposición. ¿Qué pasaría? Ni el ala fascista ni el ala comunista del régimen lo aceptarían. Resulta evidente por el nombramiento del nuevo ministro de la defensa. Hay una fórmula fácil para el desconocimiento: declarar la nulidad de las elecciones. Lo haría el TSJ. Habría que repetirlas. ¿Qué haría la oposición? Dejo la incógnita respecto al candidato pactista. Estoy seguro de que un candidato rupturista pondría el país en pie de lucha hasta derrocar a la tiranía.
Conclusión: ya está claro que el ala militar o fascista ha asumido la sucesión dentro del régimen. Ahora les toca jugar a ustedes. Van a decidirse entre seguir en concubinato o romper definitivamente con la tiranía, sea comunista o fascista. O un candidato pactista o uno rupturista.