Roger Noriega / El Pacto Secreto del líder hondureño con Hugo Chávez
17/06/2011
Cable diplomático de la embajada de Venezuela en Honduras que certifica la denuncia de un Pacto Secreto entre Hugo Chavez y Porfirio Lobo, la cual fue realizada por el Diplomático Estadounidense Roger Noriega en un articulo publicado el 31 de Mayo de este año, incluido en esta pagina.Pacto Lobo Chavez
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31/05/2011
El líder venezolano Hugo Chávez está haciendo esfuerzos por consolidar su control de Honduras, después de orquestar el regreso, el sábado pasado, de su marioneta Manuel Zelaya. Funcionarios en el círculo íntimo de Chávez se preguntan cómo su gobierno, con problemas de liquidez, puede todavía financiar a otro gobierno “revolucionario” en América Central. De lo que no se dan cuenta es que el plan alterno de Chávez es sembrar el caos en Honduras de modo de que sea un territorio acogedor para sus socios en el comercio ilegal de drogas y un dolor de cabeza para los Estados Unidos y México.
Fuentes dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela están encantados de que el Presidente Porfirio “Pepe” Lobo haya declarado tan rápidamente su lealtad a Chávez y a las mismas reformas radicales por las que Zelaya fue depuesto en 2009.
La rendición de Lobo ocurrió a mediados de mayo durante una reunión secreta con el enviado venezolano Ariel Vargas, en la casa suburbana de Lobo, al noreste de la capital y lejos de la Casa Presidencial. De acuerdo con fuentes internas del gobierno de Venezuela, Lobo adoptó una pose de ferviente revolucionario y rogó paciencia a Chávez mientras maniobraba alrededor de la oposición doméstica a las reformas constituciones fundamentales que permitirán a la gente rechazar el viejo orden. Lobo le insinuó a Vargas que necesitaba ayuda para neutralizar a la oposición dentro de su propio Partido Nacionalista y la Iglesia Católica.
Lobo explicó un delicado balance político existente en el país, donde él sólo podía contar con el apoyo militar; funcionarios en Caracas interpretaron esto como una invitación a Chávez a comprar la lealtad de los militares para reforzar la capacidad de Lobo de desafiar la atrincherada estructura de poder. Lobo advirtió que perdería el apoyo militar si calificaba la expulsión de Zelaya como golpe de estado o pedía castigo para los implicados. Lobo subrayó este punto diciendo en broma que si él hubiese tomado estas determinaciones, Chávez debía estar preparado para ofrecerle exilio político.
Diplomáticos venezolanos familiarizados con la oferta de Lobo coincidieron en que la parte más atractiva del pacto propuesto por él es que no tendrían que confiar por más tiempo en el voluble Zelaya, a quien ellos han llegado a considerar como un payaso y como una peste. Chávez dejará que Lobo crea que ellos son sus socios, pero el venezolano nunca aceptará al presidente derechista del Partido Nacional como un instrumento de cambio radical. Más bien, Caracas ya ha comenzado a invertir millones en apoyo al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que pronto será acreditado como partido político como parte del trato de “Reconciliación Nacional” impuesto por Chávez. Al fabricar un bien financiado rival para los dos partidos políticos tradicionales de Honduras, Chávez está convencido que él puede derrotar a la oposición e instalar gobiernos minoritarios para hacer aprobar drásticos cambios económicos y sociales.
Los hondureños saben que el verdadero interés de Chávez en su país es su ubicación ideal para el tráfico de drogas desde América del Sur hacia los mercados del norte. Por ejemplo, el régimen de Chávez provee indispensable apoyo logístico al cartel mexicano de Sinaloa. Al ayudar a este venenoso comercio, Chávez está emprendiendo una guerra asimétrica contra dos enemigos políticos: México (cuyo presidente Felipe Calderón fue elegido mediante una campaña anti Chávez) y los Estados Unidos.
Esas rutas del narcotráfico también son atractivas para grupos terroristas;
según informes publicados, los mismos operativos de Hezbollah a quienes se les ofrece refugio y entrenamiento en Venezuela, han buscado el asesoramiento de carteles de la droga mexicanos sobre cómo cruzar la frontera de Estados Unidos sin ser detectados.
Para Chávez, Honduras es una proposición ganadora. Si él logra instalar un gobierno amistoso, tendrá un socio maleable que se unirá a la conspiración contra los Estados Unidos. Si sus maquinaciones simplemente siembran caos político y tumulto social, sus aliados en el comercio de las drogas ilegales prosperarán. Y, en cualquier caso, salvar a Honduras requerirá de trabajo incontable y de la ayuda sustancial de los Estados Unidos.
No hace mucho tiempo, los hondureños estuvieron unidos por el orgullo de haber usado su constitución para impedir que Zelaya impusiera en esa pequeña nación la agenda chavista. En los meses de intervalo, Chávez ha impuesto su voluntad, usando los “petrodólares” para fomentar huelgas violentas y desgastar a sus opositores. Como en otros países que se encuentran arrastrados hacia la órbita de Chávez, el trabajo de éste le es facilitado por políticos cínicos que piensan que pueden ser más hábiles que él mediante negocios secretos y en beneficio propio.
Sería prudente que Lobo recordara la advertencia del presidente John F. Kennedy, quien hace 50 años dijo en una sección no tan recordada de su famoso discurso inaugural: “Aquellos que insensatamente buscaron el poder cabalgando sobre la espalda del tigre terminaron adentro”. Así y todo, en vista de sus alianzas con narcotraficantes y terroristas, Hugo Chávez está en camino de aprender una lección similar.
Roger F. Noriega fue embajador ante la Organización de Estados Americanos de 2001-2003 y Secretario Adjunto de Estado de 2003-2005. Él es un investigador visitante en el American Enterprise Institute y director ejecutivo de Vision Americas LLC, que representa a EE.UU. y clientes extranjeros.
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