11/01/12
Con el inicio de cada nuevo año, recordamos las experiencias del pasado y expresamos nuestros deseos para el que comienza, agradecemos a todos aquellos que nos hicieron crecer como persona, que nos manifestaron apoyo y energía positiva y nos proponemos olvidar y perdonar aquellos que nos han atacado, nos han envidiado y hasta saboteado nuestra misión, pero hay algo que nunca entenderé, que abandonemos a la familia, a los seres queridos, a nuestros presos.
Cuando visitamos centros de reclusión y mas aun en mi experiencia laboral de 27 años como operadora de justicia en el área penal, he visto con preocupación como es abandonado un ser humano por el solo hecho de estar privado de su libertad.
Situación por demás lamentable porque es cuando mas necesitan de nuestro apoyo, solidaridad y el amor de las personas de su entorno y es cuando precisamente en esos momentos de crisis los vemos mas solos, observamos que comienzan a visitarlos familiares y amigos cercanos, y con el paso del tiempo solo quedan quizás una incansable esposa, unos desesperados hijos, pero siempre una abnegada madre.
Estas circunstancias me traen a la memoria una parábola que es todo un ejemplo a seguir dentro de la gestión gerencial, y que hace poco volví a leerla, y pensé en la aplicación que podría tener no tanto en nuestras relaciones institucionales, sino mas bien en nuestras relaciones familiares y con los demás miembros de las familias de los otros ciudadanos privados de su libertad, mas aun cuando tenemos un miembro de la familia en estas apremiantes circunstancias de estar preso. En esta lectura me conseguí también con una historia titulada “Eso no es problema mío”, muy adecuada para muchos que creen que no van a necesitar de alguien en algún momento de sus vidas y los que acostumbran a echarle la culpa a los demás por las acciones que pudo haber realizado en pro de los mas necesitados, en el conocimiento que tenemos intereses comunes, que compartimos como lo son su seguridad física y mental y la lucha interminable con la justicia cuando los sabemos inocentes. Debemos conocerla y aplicarla, eso nos dará un respiro y una seguridad para ellos y ellas de que pase lo que pase siempre habrá alguien que les preste una mano amiga.
Debemos tener claro y siempre presente que el apoyo mutuo es esencial en nuestras vidas, mas aun darle esa seguridad que ellos o ellas necesitan, que siendo inocentes o culpables estaremos allí siempre, APOYÁNDOLOS.
Me tomo la libertad de que si no conocen las historias (el vuelo de los gansos y Eso no es problema mío) dejarles estas enseñanzas de vida, que espero les sea útil, en cualquier área de su vida.
EL VUELO DE LOS GANSOS
La ciencia ha descubierto que los gansos vuelan formando una V porque cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de él. Volando en V, la bandada completa desarrolla por lo menos 71 por ciento mas su poder de vuelo que si cada pájaro lo hiciera solo.
PRIMERA DEDUCCION
Cuando compartimos una dirección común y tenemos sentido de comunidad, podemos llegar a donde deseamos mas fácil y mas rápido.
Este es el beneficio del apoyo mutuo.
Cada vez que un ganso se sale de la formación siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se incorpora de nuevo a la fila para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.
SEGUNDA DEDUCCCION
Si tuviéramos la lógica de un ganso, nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar.
TERCERA DEDUCCION
Obtendremos resultados óptimos cuando hacemos turnos para realizar los trabajos difíciles.
Los gansos que van detrás producen un sonido propio, y lo hacen con frecuencia para estimular a los que van adelante a mantener la velocidad.
CUARTA DEDUCCION
Una palabra de aliento produce grandes resultados.
Finalmente, cuando un ganso enferma o cae herido por un disparo, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volver o hasta que muera; solo entonces, los dos acompañantes vuelven a la bandada o se unen a otro grupo.
QUINTA DEDUCCCION
Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos uno al lado del otro, ayudándonos y acompañándonos.
(Alfonso Lobo Amaya)
ESE NO ES PROBLEMA MIO
Esta es la historia de cuatro personajes llamados Cada uno, Alguien, Cualquiera y Ninguno.
Había que realizar un trabajo importante y Cada uno estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera pudo haberlo hecho, pero Ninguno lo hizo. Alguien se disgusto por eso, ya que el trabajo era de Cada uno.
Cada uno pensó que Cualquiera podía hacerlo, pero Ninguno se dio cuenta de que Cada uno no la haría.
En conclusión, Cada uno culpo a Alguien, cuando Ninguno hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.
Todos pensaban eso no es problema mío"
(ANONIMO)