Se abjuran a Hipócrates y Razetti, y la ternura compasiva del dolor ajeno desaparece
Altanero y pedestre Chávez niega recursos para el Hospital Pérez de León “porque lo administra la oposición”. Imagen en espejo: "Doctor Franz De Armas, queda usted suspendido de su cargo por negarse a cumplir una orden del director del hospital". ¿La orden? Inhibirse de atender a un herido de bala con base en su creencia política. Recordemos el fin milenario de la medicina: asistir al enfermo, aliviar el dolor y retardar el advenimiento de la muerte. Favorecer no perjudicar. Curar al prójimo y actuar siempre en beneficio del semejante. Los médicos no debemos participar en abusos a los derechos humanos ni en torturas y estamos obligados a expresarnos abiertamente contra ellos. No es ético que se nos use como instrumento del régimen para no atender a un paciente bajo ninguna circunstancia o para debilitar su resistencia física, moral o mental; tampoco incitarnos a participar o a tolerar actos contra la ética. Ante forzosas situaciones de regímenes que desconocen el ejercicio de la libertad y demuelen la dignidad humana, estamos obligados a rechazarlos, limitándonos al cabal cumplimiento del deber profesional. Debemos decidir cuál es el profundo significado de nuestra vida profesional, no en balde se ha sostenido que ¨el hombre se halla condenado a la libertad... condenado a tomar sus propias decisiones¨.
A bocajarro mi esposa me espeta, ¿crees que ese director debe renunciar? -No lo hará, contesto. -El odio y la deshonra forman parte de la ciega entrega al líder, una abyecta relación amo-esclavo. Un círculo vicioso de bajeza que se retroalimenta, repotencia y hace suya la conciencia del otro. Ya no eres más lo que fuiste. Se endurece el alma, se abjuran a Hipócrates y Razetti, y la ternura compasiva del dolor ajeno desaparece.
Fuente http://is.gd/g9QoH
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