Como abogado, Juan Carlos Sosa consiguió llevar a Hugo Chávez ante la Corte Penal Internacional y ante la Audiencia Nacional española. Ahora quiere derrotarle en las urnas.
Lo hará al frente de una plataforma independiente y al margen
de la Mesa de la Unidad democrática (MUD), que congrega al grueso de la oposición.
No teme romper posiciones justo cuando el régimen chavista empieza a
agrietarse.
“En 2006, hubo fraude masivo y el candidato unitario reconoció una victoria de Chávez que no existió”.
“En 2006, hubo fraude masivo y el candidato unitario reconoció una victoria de Chávez que no existió”.
-¿Logrará convencer, con o sin fraude, a esa Venezuela
profunda y silenciosa que lleva 13 años votando a Chávez con los ojos cerrados?
-Creo que está reconsiderando sus posiciones. Yo me dirijo a
todo el país y digo que seguir seis años
más con esta pesadilla sería catastrófico: el sistema productivo está
destruido, hay más desempleo que nunca,
el bolívar -moneda nacional- no vale nada y somos el país más corrupto del
mundo. Y los políticos convencionales no ofrecen alternativas.
-¿Niega legitimidad a antichavistas históricos como Antonio
Ledezma, el alcalde de Caracas?
-Ledezma, cuya lucha política es honorable, cumple con su
papel como alcalde. Sin embargo, para enfrentarse a un régimen como el de Chávez,
soportado por el régimen de Fidel Castro, por el narcotráfico y por el
fundamentalismo islámico, son necesarias otras estrategias políticas.
-¿De qué apoyo político y social dispone para
implementarlas?
-Del apoyo de ciertos sectores de las Fuerzas Armadas, por
ejemplo.
-¿Se posicionan públicamente los militares a su favor?
-No, pero lo que proponemos está bien visto por algunos
sectores castrenses. En Venezuela hay traición a la Patria: los intereses más preciados
del país han sido entregados al régimen de Fidel Castro. Estoy dispuesto a
afrontar ese problema y a reivindicar el honor del país. Y eso está bien visto
por una institución cuya premisa fundamental es la defensa de esos intereses.
-¿Y la sociedad civil?
-A nivel nacional se ha volcado muy positivamente. Y
partidos nuevos, como Construyendo País, se han sumado a nuestra propuesta.
- Sin embargo, no logra despegar en las encuestas.
-Mi propuesta es demasiado reciente. Las encuestas se están
volcando más en los candidatos a las primarias de la MUD pero cuando empiecen a
medir la competencia contra el régimen y la capacidad de sacar al país del
régimen, será completamente diferente.
-¿No pretenderá imitar a Chávez?
En 1998 partió de la nada y acabó ganando. -¡Soy lo más
distinto a Chávez que puede haber! Además, el momento actual es propicio para
alguien que no venga de la política tradicional pero que tenga una trayectoria
que hable por sí misma.
-¿Qué garantías da usted de que no terminará, por ejemplo,
como Alberto Fujimori en Perú? También se presentó como un candidato distinto.
-Fujimori quiso ser muy efectista y dio la espalda a
principios que no se pueden vulnerar jamás. Actuaré siempre de conformidad con los principios
democráticos, porque para mí la libertad es la esencia de la vida. Eso sí, seré contundente en ciertas materias.
-¿En cuáles?
-No me temblará la mano cuando se trate de controlar la
delincuencia e intentar disminuirla a cero. Ni descansaré hasta que consiga que
la sociedad venezolana esté más unida: hay que buscar alianzas dentro del país.
Y también fuera.
-¿Cómo sería su política exterior?
-Necesitamos un Gobierno que sea muy amigo del mundo.
-¿Más cerca de la Casa Blanca que de Irán?
-Eso es. Y cercano a todos los regímenes que sean amantes de
la libertad.
-¿Se identifica con algún gobernante latinoamericano actual?
-Con ninguno en particular, pero me siento cercano a los
Gobiernos de Chile y de Colombia. El de Panamá es interesante. Dicho esto,
siempre intentaré buscar puntos de encuentro.
-¿Acabará con la Alianza Bolivariana, piedra angular de la
diplomacia chavista?